lunes, 7 de abril de 2008

un color diferente.....blanco o negro, es lo mismo

En el angosto y rechazado espacio del libertinaje encuentro miradas vagabundas buscando complicidad entre la cadencia de los golpes. Se entremezclan susurros añadidos a las banales conversaciones mientras el sol converge de entre los tambores de la tierra. El matíz de colores dispersa el olor verdadero, un intenso aroma a hachis se mezcla con alcohol en cada bocanada de aire. Intachable el comportamiento que entremezcla culturas unidas por un mismo fin, el del olvido diario. Pequeñas dosis de ironía dan cabida en un mundo marcado por la sinfonía de los gatillos irónicamente revolucionarios. Tambores de ojalata, cuerdas bien sonantes y aliñadas ensaladas en papel blanco tronando acordes al ritmo de un conjunto vulgar, espontáneo, maravilloso. Momentos que hacen añicos ciertas formas de seres invadidos por la locura de la sociedad ventiunesca acicalada en absurda moralidad. En este círculo dan cabida todo tipo de animales salvajes. Cervezas con color a meado ya pasado, el afinador de porros que no cesa de relamer sus ojos lacrimosos, el mero observador, el perro de la chica del vestido negro. Un juego tribial y multitud de seguidores unidos por un presente común, el libertinaje dominguero dentro de un conjunto histórico en el que quién preside el juego no caduca de piel y sonríe desde su caballo con espada en mano, atento a la pequeña, devastadora de ideas, guerrilla policial.

noctámbulos.....

El zumbido de la desesperación por la absurda dejadez no cesa. Encaramado al mirador de la desolación mi cerebro agita pequeñas dosis de truenos y los distribuye por todo el cuerpo hasta llegar al vacío de la nada. Es allí donde todo respira un aroma inconfundible, rancio. Ya lejos quedan aquellos momentos en los que el ideal era crecer sin saber. Ahora, sin embargo, descubro placeres insondables, minúsculos. Quebraderos caminos donde mi ser se deshace sin querer salir. Adormilado, espero una vibrante chispa para encauzar otro ritmo. Alzar la mirada y descubrir un horizonte repleto de satisfacciones y auténticos momentos. Cultivar el espíritu de una verdad, la interior, la que uno realmente siente. Es ésta la que uno debe desarrollar y dejar fluir. Sacar partido de lo innato, aquello que ronda los suburbios intravenosos inundando el cuerpo de colores densos, formando un conjunto auténtico. Esa es la pasión de mi ser, lo auténtico, lo real, el encontrarse a sí mismo. Indagar en sí para alcanzar el clímax y regurgitar cada día lo asimilado para tratar de comprender de nuevo.

sábado, 5 de abril de 2008

decía un amigo que elegir es rechazar.
elegí un camino,
el camino.
elegí una opción y
firme, la agarré con la mano.
tomo el camino,
es una opción.
decía otro amigo que elegir es una opción.