lunes, 7 de abril de 2008

noctámbulos.....

El zumbido de la desesperación por la absurda dejadez no cesa. Encaramado al mirador de la desolación mi cerebro agita pequeñas dosis de truenos y los distribuye por todo el cuerpo hasta llegar al vacío de la nada. Es allí donde todo respira un aroma inconfundible, rancio. Ya lejos quedan aquellos momentos en los que el ideal era crecer sin saber. Ahora, sin embargo, descubro placeres insondables, minúsculos. Quebraderos caminos donde mi ser se deshace sin querer salir. Adormilado, espero una vibrante chispa para encauzar otro ritmo. Alzar la mirada y descubrir un horizonte repleto de satisfacciones y auténticos momentos. Cultivar el espíritu de una verdad, la interior, la que uno realmente siente. Es ésta la que uno debe desarrollar y dejar fluir. Sacar partido de lo innato, aquello que ronda los suburbios intravenosos inundando el cuerpo de colores densos, formando un conjunto auténtico. Esa es la pasión de mi ser, lo auténtico, lo real, el encontrarse a sí mismo. Indagar en sí para alcanzar el clímax y regurgitar cada día lo asimilado para tratar de comprender de nuevo.

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