miércoles, 28 de mayo de 2008

la montaña mágica

¡Oh, encantadora belleza orgánica que
no se compone ni de pintura al óleo,
ni de piedra, sino de materia viva y corruptible,
llena del secreto febril de la vida y de la podredumbre!

¡Mira la simetría maravillosa del edificio humano,
los hombros y las caderas y los senos floridos a
ambos lados del pecho, y las costillas alineadas
por parejas y el ombligo en el centro, en la blandura
del vientre, y el sexo oscuro entre los muslos!

¡Déjame sentir la exhalación de tus poros y
palpar tu vello, imagen humana de agua
y de albúmina, destinada a la anatomía de la
tumba, y déjame morir con mis labios pegados a los tuyos!

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