martes, 20 de diciembre de 2011

re integro




La maquinaria de la mente
continúa su discurso
subconsciente de que éste mundo
es una cagada.

Pero dice el poeta que
eso es pantomima aunque
dementes todos somos.

Escribo para encontrar aliento,
por manchar papel,
por consumir tiempo cagado.

Si tengo que decir, diré que
follé añoche en la trasera del
coche. La luna, partida.

Y ella duerme mientras la
ciudad se consume escuchando el
reggaeton famélico de los menos
tarados. La luna está rota.

El ajedrecista se hinca un porro y
gana la partida.

Y el discurso continúa
cuando apago la luz,
la mente y
el mundo aún menos natural.

1 comentario:

Lidia dijo...

No sé si todos somos unos dementes, ni tampoco si el mundo es del todo una cagada en su máxima extensión, o en su particular expresión, puesto que en ésta última, siempre cabe la sorpresa. El dinamismo vital es inherente aunque nosotros fabricamos la monotonía. Pero de esa precisa monotonía en cambio, nace también esa "la luna rota", "la luna partida", un verso delicioso que nace en el ojo de quien mira el mundo. Ese mundo tan nauseabundo en el que nadamos a contracorriente.

Un abrazo y un placer leerte.