lunes, 25 de febrero de 2008

somos luz

desde la atalaya de tus senos
contemplo, maravillado,
el oleaje de tu cuerpo.

en tu vientre
me rocío del sudor de nuestro coito.

surco la vereda de tu entrepierna
hasta alcanzar tu lágrima,
que es yerma.

se dibuja una sonrisa en tu pupila,
mis labios se estremecen con el tacto de tu savia.

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